¿Carbono o carbón?

Bienvenidos al nuevo mundo moderno del deporte. Donde la necesidad de mostrar lo que hacemos a los demás es tan grande que, si no lo compartimos en Strava, parece que la actividad nunca sucedió. ¿Dónde está la verdadera razón detrás de nuestro deseo de hacer deporte? ¿Es para nuestro propio placer personal, para mantenernos saludables o para redimirnos de nuestros pecados? O, ¿es todo esto una excusa barata para alimentar nuestro ego necesitado de reconocimiento de los demás?

¿Qué hay de los deportistas de antaño? Esos héroes anónimos que no tenían Strava, Garmin o bicicletas de carbono de última generación. Esos que hacían lo mismo que nosotros hoy en día, pero sin ningún reconocimiento por parte de nadie más que de sus allegados. ¿Qué pasaría si nos enfrentáramos a las mismas condiciones que ellos? ¿Seríamos capaces de hacer lo mismo? No lo sabemos, pero lo que es seguro es que la mayoría de nosotros estaríamos más preocupados por encontrar una señal de wifi para poder compartir nuestra actividad en línea que por completar la hazaña en sí misma.

Hoy en día, parece que el valor de una hazaña deportiva se mide en likes, seguidores y comentarios en línea. Pero, ¿dónde queda el valor real de la hazaña en sí misma? ¿Dónde está el valor de hacer algo simplemente porque es desafiante y gratificante, sin necesidad de que nadie más lo sepa? Parece que hemos perdido de vista lo que realmente significa ser un deportista, centrándonos únicamente en alimentar nuestro ego y obtener la aprobación de los demás.

Así que, ¿qué clase de deportistas somos en comparación con nuestros ascendentes? Es difícil decirlo con certeza. Pero lo que es seguro es que si les preguntáramos a ellos, nos dirían que la verdadera recompensa del deporte no es la aprobación de los demás, sino el sentimiento de logro personal que surge al superar un desafío y la satisfacción de saber que lo hemos logrado por nosotros mismos, sin la necesidad de compartirlo con nadie más. En definitiva, quizás deberíamos centrarnos en lo que realmente importa y dejar de lado el valor superficial de los likes y comentarios en línea.

6 comentarios

  1. Hola Carlos. Todos buscamos aprobación social. Desde pequeños, en el colegio, nos gusta ser reconocidos y buscamos cierta “fama”, por alto, guapo, deportista …. En la vida adulta, sucede igual. Un ganador de un torneo, espera reconocimientos, fama y alagos. Indudablemente, ese valor se tiene en cuenta para ganar. A la sombra no se obtiene. Un saludo

  2. No estoy de acuerdo. Strava, es para mí una manera de registrar mis rutas y mis logros y poder seguir mi propia evolución como deportista. Antes de que existieran los dispositivos Garmin para deportistas y Strava, empleaba un pulsómetro sin GPS y registraba a mano los datos que este aportaba en una tabla Excel. Cuando en 2007 salieron apps para móviles, como Endomondo o Runkeeper, me pasé a ellas por la facilidad de que ofrecía al automatizar el proceso de registro de mis actividades. Ahora con Strava, Komoot, Wikiloc, etc, la automatización del registro de estadísticas de entreno y del trazado de la ruta, elevación del terreno, pulso, potencia, etc es completísima y además, hasta puedo poner fotos de mis salidas a modo de album de recuerdos y poner comentarios sobre todo ello.
    Te doy la razón en que si, por lo que sea me quedo sin batería en el Garmin y no puedo después subir la ruta completa, me supone cierto fastidio. Después de sufrir/disfrutar 100k y +3100, sería un fastidio no poder conservar el registro para poder admirarlo,tiempo después, con cierto orgullo.

  3. Gracias por tu respuesta, lo que verdaderamente me llama la atención es la motivación o compromiso que tenía aquellos que no disponían de ninguna tecnología, personalmente registro mis actividades para mí y aún así cuando por lo que sea no puedo, es cierto que pierdo cierto estímulo.
    Creo que no es banal, es como poco para una breve reflexión

  4. Muchas gracias por tu comentario, tienes toda la razón, nada alimenta más el ego que el reconocimiento social, justamente esa es la cuestión, ¿cuál es la motivación?, ¿cómo lo hacían antes?, ¿porqué lo hacían antes?.
    Me llama mucho la atención que alguien en el más absoluto anonimato sea capaz de hacer una azaña, imagino un espíritu aventurero más que deportivo.

  5. Pues opino que muchas veces pasa. Cuando hacemos una ruta «sería» por dura o larga en el fondo esperamos esos likes y saber q piensan q somos unos makinas. Poca gente hace una ruta hoy en día y a mitad de un sector de los conocidos se para a mitad para hacer una foto porq sabe q se publicará el tiempo. Pienso q se ha perdido un poco el placer de salir en bici por el placer de pedalear, parar a tomar un bocado disfrutando de las vistas.

  6. Muchas gracias José Francisco por tu comentario.
    Escribo lo pienso, vivo y siento, soy el primero en mirar Strava ni bien acabar con la ilusión de haber conseguido algún PR, pienso que esta tecnología ya forma parte de nuestra vida y ya no hay marcha atrás, ha venido para quedarse como todos los avances que disfrutamos, no somos ni mejores que nuestros ascendientes, ellos tendrían sus motivaciones dentro de su mundo que, evidentemente, era más pequeño que el nuestro.
    Un saludo

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *