La primera es por tu culpa, la segunda por la mía.

ESCUCHAR Ya de regreso, acercándonos a esa recta mágica con una leve pendiente donde, inexplicablemente, el diablo se cuela en la sangre y, como bestias descerebradas, comienza la escabechina por alcanzar la cima. Al 90% de tus posibilidades, ya en Z5, con los ojos clavados en el piñón que tienes delante, apenas puedes pensar en […]